• Descubrir, con el mayor detalle posible, la cantidad, el tipo y las características de los desperdicios de alimentos en las empresas agroalimentarias que son socios de los miembros del grupo de trabajo, así como las estrategias para reducir sus niveles actuales de desperdicio.
• Identificar los tipos de desperdicios en cada subsector de producción y establecer si son evitables o no, según las regulaciones aplicables, la tecnología disponible, las demandas del mercado y detecte áreas potenciales dentro del proceso de producción donde estos desechos se pueden reducir.
• Reunir información sobre estrategias y alternativas de gestión, buenas prácticas e historias de éxito en la gestión de desperdicios alimentarios, y proporcionar esta información a las empresas alimentarias en un formato elaborado y ordenado para que puedan implementar acciones preventivas o correctivas y, por lo tanto, lograr una implicación efectiva del sector privado.
• Establecer prioridades para futuros estudios específicos: para obtener productos de mayor valor añadido a partir de desechos inevitables generados en un subsector específico.
• Sensibilizar a las empresas alimentarias, en el sector en su conjunto y entre el público en general, sobre la responsabilidad en cada etapa de la cadena para mejorar la gestión del desperdicio de alimentos.

Este trabajo destaca que, a pesar de las pérdidas que también se producen durante la fabricación, se han reducido considerablemente en los últimos años gracias a la optimización y digitalización de los procesos de producción de la industria alimentaria. Según las cifras de la FAO, solo en la Unión Europea se desperdicia un promedio de 173 kilos de alimentos por ciudadano cada año. En la cadena de suministro, desde el productor hasta el distribuidor que pasa por la industria, a nivel mundial se puede perder hasta un tercio de los alimentos destinados al consumo humano.