En una reciente jornada organizada por NAGRIFOOD y subvencionada por Gobierno de Navarra, el director de Tecnologías del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística, ITENE, Antonio Dobón, indicó que, “aunque hay alternativas innovadoras de materiales, algunas de ellas están todavía están en proceso de desarrollo” y alertó sobre la confusión que rodea a los conocidos como “materiales Bio”.

La Unión Europea ha establecido, a través de la Estrategia Europea de Plásticos, que para el 2030 todos los envases de plástico (mayoritarios en el sector agroalimentario) deben ser compostables, reciclables o reutilizables. Aunque se trata de una política de la Unión Europea, y no es todavía legislación de obligado cumplimiento, la Estrategia Europea de Plásticos, a buen seguro marcará los próximos desarrollos legislativos en materia de envases plásticos, como ya está haciendo a nivel nacional y de algunas Comunidades Autónomas, entre las que se incluye la Comunidad Foral de Navarra. Con este reto en mente, directores industriales y responsables de las áreas de Innovación, Producto, Marketing y Comunicación de empresas del sector agroalimentario de la Comunidad Foral participaron el pasado 21 de noviembre en el encuentro “Innovación en Envases Sostenibles. Nuevas Estrategias y Materiales” financiado por el Gobierno de Navarra y organizado por Nagrifood en colaboración con el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística, ITENE.

Durante este encuentro, que se desarrolló en la sede de la Asociación de la Industria Navarra (AIN), en Cordovilla (Navarra), Antonio Dobón, director de Tecnologías de ITENE, aseguró que, dentro del objetivo establecido por las autoridades comunitarias para los materiales plásticos, “la legislación va más deprisa que propio el desarrollo tecnológico” por lo que, desde su punto de vista, “este proceso, en el que debieran colaborar los envasadores para dar a conocer sus necesidades, debiera estar liderado sobre todo por los fabricantes de materiales de envase”.

En el caso de los embalajes de tipo alimentario -explicó- concurren una serie de factores que dificultan una transición que parece cada vez más clara. El motivo es que el envase debe salvaguardar el contenido, garantizando al consumidor las propiedades del producto que contiene y la seguridad alimentaria.

Antonio Dobon

Antonio Dobon, director de Tecnologías de ITENE

La consecuencia directa de dichos factores es que hoy muchos de los materiales que se emplean la industria agroalimentaria, son de plástico y además de plástico multicapa, lo que impide directamente su reciclado. “La clave sería, por lo tanto, reducir el número de capas y/o aditivar los materiales plásticos para generar una barrera frente al oxígeno y la humedad que son las dos principales causas que hacen que los productos agroalimentarios se degraden”, explicó Dobón. El experto de ITENE, confirmó que esas alternativas (como por ejemplo el uso de aditivos como los copolímeros de bloque, las nanoarcillas o la celulosa microfibrilada) ya existen, “se han probado y funcionan en el ámbito del laboratorio y a nivel piloto, y ahora mismo muchas de ellas están en fase de escalado industrial”. No obstante, “algunas de ellas ya están plenamente implantadas como el copolímero dibloque Block-PLA desarrollado por la empresa AD Biocomposites, una spin-off de ITENE, y que es capaz de mejorar las propiedades barrera del bioplástico PLA (ácido poli-láctico) para proporcionar propiedades barrera mejoradas, manteniendo la biodegradabilidad, la transparencia y el cumplimiento con la
legislación europea de materiales para contacto alimentario”.

Además de modificar el tipo de material, el director de Tecnologías de ITENE planteó otro tipo de estrategias como, por ejemplo, desarrollar sistemas de recogida, clasificación y gestión de residuos con tecnologías avanzadas que posibiliten optimizar el reciclado de materiales y también el desarrollo de tecnologías de deslaminado de envases de plásticos multicapa, que a día de hoy no se pueden reciclar por las limitaciones técnicas de los procesos de clasificación, separación y reciclado.

LOS MATERIALES BIO Y LA EDUCACIÓN
El experto de ITENE indicó que una alternativa es el uso de “materiales bio” aunque, advirtió, “aquí hay un poco de confusión porque es habitual incluir en el mismo grupo materiales con propiedades y comportamientos diferentes””. En concreto, diferenció entre tres tipos de materiales: (1) los materiales biodegradables que son aquellos que son capaces de convertirse en CO 2 , agua y biomasa con la ayuda de microorganismos, (2) los compostables, que son aquellos materiales que se biodegradan tras someterse a un proceso industrial acelerado de biodegradación y, finalmente, (3) los de origen biológico, que son aquellos que proceden de fuentes renovables tales como los residuos agrícolas o de cultivos, y que en algunos casos, no son ni biodegradables ni compostables. En ese punto, para Antonio Dobón, lo más importante es tener controlado el proceso de diseño y selección de envases y que, en caso de que sean compostables o reciclables, que se demuestre mediante el uso de estándares como la ISO 18606:2013 o la ISO 18604:2013, respectivamente.

Igualmente, para ese proceso diseño y selección de envases, también defendió la oportunidad de usar herramientas como el ecodiseño y el análisis de ciclo de vida para evaluar cuantitativamente el impacto ambiental de los envases y facilitar su reciclado.

Por último, si la tendencia cada vez es más clara a favor de fomentar el mayor reciclado, reutilización o compostaje de envases de plástico, “hay otro componente que no podemos obviar y es el de la educación de los propios consumidores, porque tanto más fácil será el proceso de reciclar/reutilizar/compostar cuanto menos mezclemos los distintos tipos de residuos en casa”, concluyó Antonio Dobón, director de Tecnologías del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística, ITENE